Desferrización
Invernadero
Principio de desferrización
El agua de manantiales y pozos subterráneos puede disolver el hierro y el manganeso de las rocas circundantes. El agua subterránea carece de oxÃgeno y, debido a esto, el hierro y el manganeso son solubles en agua.
Sin embargo, cuando el agua se bombea a la superficie y se expone al oxÃgeno del aire, el hierro y el manganeso se vuelven insolubles. Esto hace que se precipiten del agua, dejando depósitos en los tanques, tuberÃas y grifos.
El hierro y el manganeso pueden afectar a los equipos y sistemas y, por lo tanto, a menudo se minimizan mediante el tratamiento del agua. Para la eliminación del hierro y del manganeso del agua, el agua (de manantial) se somete a un contacto intenso con el oxÃgeno. En varios subprocesos, mediante oxidación, hidrólisis, nucleación y precipitación, finalmente se filtra el hierro y el manganeso. En este proceso, las formas solubles divalentes de hierro y manganeso presentes en el agua se convierten en formas muy poco solubles. Â
Como resultado de este proceso fisicoquÃmico (también conocido como adsorción electrocinética), es posible filtrar las partÃculas de Hierro y Manganeso. Para ello se utiliza arena de rÃo recocida y tamizada, que se selecciona en función del agua de suministro y del resultado final deseado. La primera precipitación de hidróxido de hierro tiene un efecto positivo en la posterior precipitación tanto de hierro como de manganeso.
Debido a este efecto catalÃtico, la arena limpia del filtro debe circular durante algún tiempo antes de que la eliminación del hierro comience correctamente. El mismo principio se aplica al proceso de desmarganización. La calidad final del agua desferrizada depende de varios parámetros, como el valor del pH (acidez) del agua, la concentración de oxÃgeno, la capacidad amortiguadora del agua de origen, el caudal y la selección del medio filtrante.
